Aunque las bodas han cambiado mucho en los últimos años, hay tradiciones que se mantienen con el paso del tiempo. Una de ellas es la del anillo de boda, que se pone -por tradición- en el dedo anular. Según el país y la religión, se pone en la mano derecha o en la izquierda, pero siempre en el mismo dedo.
Pero, ¿por qué en ese dedo y no en otro? Hay dos teorías sobre el origen de esta tradición.
La primera tiene origen en la filosofía china, en la que los dedos pulgares representan a la familia, los índices a los hermanos, los dedos medios a uno mismo, los anulares a la pareja, y el meñique a los hijos. Al juntar los dedos de ambas manos y doblar los dedos medios hacia adentro, te darás cuenta que puedes separar todos los dedos menos los anulares lo que indica que las parejas están destinadas a estar juntas para siempre.
La otra teoría tiene su origen en el ámbito religioso. San Isidro proclamó la teoría de que el dedo anular de la mano izquierda tiene una vena que va directo al corazón y colocar el anillo ahí era un gesto de amor y concordia. En los inicios de la tradición, los anillos estaban hechos de hierro.
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