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7 signos de que sufres estrés y cómo ponerles remedio

7 signos de que sufres estrés y cómo ponerles remedio
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  • Algunos síntomas pueden ayudarte a identificar el problema, primer paso para solucionarlo

El estrés puede manifestarse de diferentes maneras y sus síntomas varían considerablemente de una persona a otra, pudiendo manifestarse en diversas patologías.

Hay que saber que el estrés no puede controlarse a largo plazo a través de medicamentos o cualquier otro tratamiento sin tener en cuenta su origen, qué lo está causando. El estrés es un estado natural que no tiene por qué ser negativo, de hecho puede resultar beneficioso si lo trabajamos un poco y lo mantenemos a raya, por lo que es básico identificar la causa para poder controlarla y poner remedio.

Es interesante aprender a controlarlo, puesto que el estrés 'negativo' aumenta las probabilidades de enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, las migrañas o las depresiones.

Para ello hay que empezar por entender que aquello que hacemos y el momento en que lo hacemos influirá sobre nuestra capacidad de gestión del estrés. Es decir, si no hacemos nada, nada cambiará, pero por el contrario si seguimos un programa y realizamos cambios, podremos notar la mejoría en apenas unos días.

Estos son signos que apuntan a que podemos estar sufriendo estrés negativo:

Estás irritable y te cuesta relacionarte normalmente con los demás. Aunque seas un persona empática, últimamente te interesas menos por tus allegados de manera involuntaria, e incluso llegas a minimizar aquello que les entusiasma algunas veces. Si este es tu caso, para solucionarlo y que no afecte negativamente a tus relaciones, párate y piensa antes de reaccionar ante una situación o de contestar a algo. Piensa si tu reacción o tu respuesta pueden estar siendo condicionadas por su situación de estrés, y si van a aportar algo positivo a tu relación con esa persona.

Te cuesta dormir y te pasas las noches dando vueltas en la cama o navegando en internet. Es importante controlar el sueño para combatir el estrés. Si no descansamos por la noche, el día se hace mas largo y aumenta nuestro malestar. Establece una hora para ir a dormir y oblígate a cumplirla. Cuando llegue el momento de apagarla luz, evita estar distraído con el móvil o con el ordenador, ya que la luz que desprenden afecta a nuestro ciclo de sueño. Trata de dormir 8 horas nocturnas, y sobre todo no tomes café o bebidas energéticas después de las 17 horas para asegurarte de que llegas a la cama cansado.

Estás hipersensible. Ruidos, luces o cosas que normalmente te resultan normales se convierten en elementos realmente molestos. Cuando una situación te irrite, piensa si antes lo hacía. Si la respuesta es negativa, asegurate de respirar hondo y concentrarte en otra cosa para tratar de controlar el malestar que te producen. Esta sensación de irritabilidad desaparecerá con el tiempo gracias a una buena alimentación y a un descanso correcto.

Estás menos preocupado por tu alimentación, no tienes nunca ganas de cocinar y te suele apetecer comer cualquier cosa. Para evitar coger malos hábitos prepara la comida el día anterior. Esto te obligará a comer lo que has preparado y te ayudará a mantener un ritmo de comidas equilibrado. Puede no parecer importante, pero numerosos expertos coinciden en que una alimentación equilibrada es vital para controlar el estrés.

Estás siendo menos prudente que de costumbre, y te has dado cuenta de que tomas decisiones discutibles cuando te enfrentas a situaciones que se salen de tu rutina. Es importante evitar vernos envueltos en situaciones que pueden aumentar nuestros estrés cuando estamos tratando de combatir un exceso del mismo. Detente a pensar las cosas antes de hacerlas, y planteate si la decisión que estás a punto de tomar es coherente contigo mismo. Si por el contrario, te das cuenta de que estás a punto de hacer algo que no es habitual en ti, no lo hagas.

Te focalizas tanto en el triunfo que te cuesta tolerar a compañeros o amigos, porque acabas discutiendo bastante con ellos y te estás alejando de gente con la que antes tenías relaciones cercanas. Para evitar este tipo de situaciones, detente unos minutos a pensar sobre los posibles puntos de conflicto que pueden surgir durante la jornada antes de ir al trabajo. Si alguno de ellos saliera a relucir, recuerda este ejercicio e inspira profundamente antes de tomar una decisión. De la misma forma, si lo crees conveniente cuenta hasta 10 antes de responder a un e-mail u otra forma de comunicación.

No paras de repetirte a ti mismo y a los demás que no estás estresado. Todos pasamos por fases de negación, pero lo más importante para poder poner remedio a algo es identificar el problema. Pregunta a compañeros, amigos o pareja si te notan raro o estresado, y si la respuesta es afirmativa no pienses que se equivocan, cuando varias personas te dicen lo mismo, algo de razón deben de tener.