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Garantía de los productos de segunda mano

La UCE detecta un incremento de consultas y reclamaciones relacionadas con la compra de artículos usados

17.07.2013 - 09:55 h. -


DANIEL GUINDO | VALENCIA

Durante los últimos meses, la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana ha detectado un incremento de consultas y reclamaciones relacionadas con la compra de productos de segunda mano, por lo que alerta de que, para los artículos usados, la garantía es de un año cuando se adquieren en un establecimiento, y de seis meses si se compran a un particular.

Los productos de segunda mano se suelen adquirir acudiendo a un establecimiento dedicado a la venta de este tipo de productos, a través de internet en páginas intermediarias en las que profesionales o particulares ponen a la venta sus productos, o directamente en páginas web que venden productos de segunda mano.

La principal problemática, según la UCE, está relacionada con la garantía. El consumidor, al igual que ocurre con los productos nuevos, debe guardar el documento de compra o factura. “Nunca debe olvidar que lo que está adquiriendo es un producto usado y, por lo tanto, pagamos un precio más económico”, añaden desde la entidad.

Compras por internet

En el caso de productos comprados a través de la red, se trata de una venta a distancia y, por lo tanto, el consumidor tiene derecho a su devolución si no está de acuerdo con el artículo, concretamente siete días desde la recepción del producto en su domicilio. Sin embargo, los gastos de devolución corren a cargo del comprador, por lo que “es conveniente conocer de dónde viene el artículo y cuánto cuesta el envío”, apuntan. En esta línea, desde la organización recuerdan que, en ocasiones, “los artículos proceden de países europeos, de EEUU o China”.

Cuando se adquiere un artículo a través de internet, también es importante conocer bien las condiciones de compra y guardar cualquier información o documento que acredite la compra.

Productos ‘pirata’

En los últimos tiempos, se está detectando también la compra de productos tecnológicos de marcas desconocidas, pero que son muy similares a otros de alguna firma de prestigio, sobre todo en modelos de teléfonos móviles. Además, son mucho más económicos y, en la mayoría de los casos, de origen asiático. Al respecto, desde la UCE destacan que “hay que tener en cuenta que no son los productos de marca, el consumidor lo conoce y, por lo tanto, las prestaciones no son las mismas: la durabilidad del producto no es la misma, y pueden existir problemas en los servicios postventa, como la carencia de piezas de repuesto”.

Además es imprescindible conocer su origen y qué coste tendría su devolución. “Si se trata de productos de fuera de Europa hay que abonar el coste de aduanas y los demás impuestos añadidos al precio del producto”, subrayan desde la asociación de consumidores.

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