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Cosas Practicas

Vientos otoñales para los mercados financieros

Con la llegada del otoño, iniciamos la recta final del año. Comentaba la joven escritora norteamericana, Lauren DeStefano que “el otoño siempre ha sido mi estación favorita. El momento en que estalla todo con su belleza pasada, como si la naturaleza hubiera estado ahorrando todo el año para el gran final”. Desde el punto de vista financiero, este gran final es el que buscamos en forma de buenos resultados con nuestro dinero invertido en productos de ahorro e inversión.

Y es que a pesar de las políticas monetarias expansivas llevadas a cabo por los principales Bancos Centrales del mundo, del hecho de encontrarnos con unos niveles de tipos de interés –a uno y otro lado del Atlántico– excepcionalmente bajos, de que la economía norteamericana vaya cogiendo algo de tracción o, incluso, de que algunas economías emergentes hayan dado pasos firmes con reformas estructurales económicas y políticas, la realidad es que, desde principios de verano, vemos muchos mercados bursátiles –sobre todo los europeos– comportándose como una vertiginosa “montaña rusa”, cumpliendo aquello de que “las bolsas suben en escalera y bajan en ascensor”. Vamos, que tan pronto como el camino parece quedarse despejado, nos llega un viento otoñal (en forma de “ruidos”, de tensiones geopolíticas, “males de altura” y decepciones desde el terreno macroeconómico) que hace que este camino ascendente vuelva a complicarse.

Somos de la opinión –salvo que mejore la economía mundial o que el BCE actúe con mayor contundencia, claridad e inmediatez– de que el final del año no va a ser nada fácil, ni para la renta variable ni para determinados mercados y activos de renta fija. Es más, tal y como venimos observando estos últimos días, a consecuencia de este “mal de altura” y de unos peores datos económicos en comparación con los estimados, muchos inversores están sintiendo cierto vértigo. Y esto está provocando, sobre todo, que las llamadas “manos fuertes” (es decir, determinados grandes inversores institucionales) lleven a cabo ciertas “voladuras controladas” en forma de correcciones en los mercados de capitales, con el fin de rebajar el cierto grado de complacencia que ya existe.

Dificultades no van a faltar. Pese a ello, desde PROFIM seguimos considerando que la tendencia para las principales bolsas del mundo, sobre todo de Estados Unidos y Europa (incluyendo también alguna bolsa emergente), continuará siendo alcista para el medio y largo plazo. A corto plazo, seguiremos sufriendo recortes por los repuntes de volatilidad.