Hemos visto a los pájaros dormir de pie sobre los árboles sin caer y más de uno se habrá preguntado cómo es posible que no caigan con la relajación del sueño. Este pequeño «milagro» es debido a un sistema de sujeción automática que les permite dormir en las ramas, sin riesgo de perder el equilibrio y precipitarse al suelo.
Cuando el ave se detiene en una rama y flexiona la parte posterior de la planta de su pata, el tendón flexor hace que los dedos se replieguen y se aferren fuertemente a la superficie, como lo haría el freno de mano de un coche.
Al despertar, el ave salta de la rama tras liberar el mecanismo de sujeción y vuelve a volar.