Cómo detectar y prevenir un ictus
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/ SEN (Sociedad Española de Neurología)
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Uno de cada seis españoles va a sufrir uno a lo largo de su vida, pero a pesar de la alta frecuencia de este episodio muchas personas aún no saben qué es y cuáles son sus causas
Se trata de un conjunto de enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos que suministran la sangre al cerebro. Este grupo de patologías, conocidas popularmente como embolias, también se denominan accidentes cerebrovasculares y se manifiestan súbitamente. Podríamos decir que el ictus es el equivalente a un infarto de corazón, pero en el cerebro.
Tipos
Hay dos tipos principales de ictus. El primer tipo son los ictus hemorrágicos o hemorragias cerebrales, que se producen cuando un vaso sanguíneo (vena o arteria) se rompe.
El segundo tipo son los ictus isquémicos o infartos cerebrales, que ocurren cuando una arteria se obstruye por la presencia de un coágulo de sangre. Este trombo, que a menudo se origina en el corazón, se desplaza hasta el cerebro donde interrumpe el flujo sanguíneo.
Consecuencias
Cuando se sufre un ictus, el daño cerebral adquirido puede ser irreparable y dejar secuelas muy graves, que repercutan de forma notable en la calidad de vida de los afectados.
Después de un ictus, sólo un tercio de los pacientes se recupera por completo, mientras que otro tercio queda con secuelas y otro tercio fallece. Pero eso no es todo, pues el 25% de las personas que padecen un ictus mueren durante los 30 días siguientes.
Además, se trata de un problema que no solo afecta a los sectores más envejecidos de la población. Cada vez se registran más casos entre la gente joven, y entre 15 y un 20 % de ellos ya los padecen persones menores de 45 años.
Detección
La detección precoz del ictus es fundamental para reducir al máximo las secuelas y la mortalidad del mismo. El ictus se detecta principalmente por estas seis señales de alarma:
1- Pérdida de fuerza en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo bruscamente
2- Sensación de "acorchamiento" u "hormigueo" en cara, brazo, pierna de un lado del cuerpo que también se inicia bruscamente
3- Pérdida súbita de la visión parcial o total. Puede ocurrir en uno o en ambos ojos, y aparece súbitamente
4- Alteración del habla, dificultad para expresarse. Cuesta articular y ser entendido por quien les rodea
5- Dolor de cabeza que aparece de repente y sin causa aparente
6- Sensación de vértigo intenso, inestabibilidad, desequilibrio o caídas bruscas inexplicadas, acompañadas del resto de síntomas
Qué hacer
Cuando una persona sufre un ictus, es imprescindible que sea trasladada a un hospital lo antes posible para recibir atención neurológica urgente. Por lo tanto, lo primero que debemos hacer es llamar a una ambulancia.
Las primeras tres horas desde el inicio de los síntomas son claves, por lo que ser capaces de detectar un ictus rápidamente es fundamental para evitar daños mayores.
Para detectar rápidamente que se trata de un ictus, estos tres pasos pueden ser de gran ayuda llegado el momento:
1- Pídele que levante los brazos
Pidiendo que levante ambos brazos a la vez -o que se siente y levante ambas piernas al mismo tiempo- podremos comprobar si hay algo inusual y uno de ellos queda más abajo que el otro. Si esto ocurre, estaremos ante un probable caso de ictus. Debemos llamar a emergencias rápidamente.
2- Haz que sonría
Uno de los síntomas más comunes del ictus es la paralisis facia. A veces puede venir acompañada de ceguera o pérdida de visión, lo que hace que sea más fácil de identificar, pero cuando esto no ocurre lo mejor es pedir a la persona que sonría. Si la comisura de los labios se tuerce por uno de los lados puede ser un síntoma de parálisis facial, por lo que debemos llamar a emergencias rápidamente.
3- Pregúntale cosas concretas
La dificultad en el habla es otro de los síntomas más comunes. Para identificarlo, señala un objeto común (por ejemplo un bolígrafo, un vaso, un televisor, un periódico... etc) y pregúntale: "¿Qué es esto?". Si al responder cambia el orden de las sílabas, pronuncia mal el nombre del objeto o arrastra las palabras, podría ser un síntoma de ictus.
Factores de riesgo y prevención
Los ictus pueden prevenirse. Algunos factores de riesgo, como la edad, los antecedentes familiares, el sexo o la raza no pueden modificarse, pero otros sí pueden mejorarse o corregirse para prevenir un ataque.
Por ejemplo, el tabaquismos, el consumo excesivo de alcohol, las drogas, la hipertensión arterial, los niveles elevados de colesterol, la obesidad, la vida sedentaria o las dietas ricas en sal son factores de riesgo que sí pueden mejorarse y corregirse a modo preventivo.
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